¿Qué ver en Ciudad del Cabo?
Cuando decidimos conocer Sudáfrica, supimos que queríamos empezar pasando una semana en Ciudad del Cabo. Esta hermosa ciudad costera, llena de museos y playas, ofrece una amplia variedad de actividades, tantas que hasta pueden agobiarte.
Por eso, al comenzar a planear el viaje, leímos mucho sobre qué ver en Ciudad del Cabo, sobre qué cosas hacer en Ciudad del Cabo y, sobre todo, sobre las playas de Ciudad del Cabo.
Con toda esta información que fuimos recabando, nos fuimos de viaje y, a la vuelta, armé este post, esta guía de viaje sobre Ciudad del Cabo.
¿Cómo ir del aeropuerto de Cape Town al centro de la ciudad?
Para ir de Buenos Aires a Ciudad del Cabo tuvimos que viajar bastante. Avión hasta Brasil, escala en San Pablo y un cambio de vuelo que demoró 10 horas en Johannesburgo, después del periplo aparecimos en Ciudad del Cabo.
Muertos de sueño por el jet lag y con muy poca idea de dónde estábamos, dejamos que los carteles nos guíen hasta el sector de autos en alquiler.
El primer shock fue la diferencia entre el aeropuerto de Johannesburgo y el de Ciudad del Cabo, el primero es un poco más oscuro y confuso, el segundo es amplio y perfectamente organizado. Esa era la primera prueba de que Ciudad del Cabo es, probablemente, la ciudad más europea de África.
Con las pocas neuronas que nos quedaban activas después de un viaje de 20 horas, nos subimos al auto. Ya empezamos mal, yo me subí del lado del conductor y mi novio del del pasajero. Claro, en Sudáfrica se maneja al revés. Si bien lo habíamos previsto, y por eso alquilamos un auto automático, sentarnos en el lado contrario por primera vez se sintió muy extraño.
Después de una breve práctica en el estacionamiento del aeropuerto, pusimos rumbo a la ciudad. Con el paso de los días nos daríamos cuenta cuán buena idea fue alquilar un auto a través de RentalCars. Nos simplificó nuestra estadía e hizo que una semana en Ciudad del Cabo nos rindiera mucho más.
Al estar la mayoría de las atracciones turísticas alejadas entre sí, fue clave contar con desplazamiento propio para poder disfrutar de todo lo que hay que ver en Ciudad del Cabo.
En caso de que vayan sin auto, pueden llegar del aeropuerto al centro de Ciudad del Cabo con el bus MiCity en solamente 20 minutos, el costo del trayecto depende del horario, pero varía entre 60 y 1000 ZAR (moneda de Sudáfrica). También puede optar por Uber para realizar ese trayecto.
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¿Dónde alojarse en Ciudad del Cabo?
Si bien nos debatimos mucho si quedarnos cerca del centro o un poco más alejados, decidimos optar por la segunda opción para pasar una semana en Ciudad del Cabo tranquilos.
Por lo que leímos, y después comprobamos, el centro de Ciudad del Cabo es bastante ruidoso y lleno de gente, como el centro de cualquier ciudad turística. Para nosotros, nuestras vacaciones no eran solamente el momento para conocer un lugar nuevo, eran también un momento de descanso y relajación, y sentimos que para lograr esto necesitábamos paz.
Nos decidimos por un AirBnB en una zona increíble, a media hora a pie del centro pero con buena conexión de buses, con restaurantes y supermercados cerca y, sobre todo, con vista al mar y a un precio amigable.
En caso de que decidan estar un poco más cerca del centro les puedo recomendar esta opción y, en caso de que prefieran una más tranquila y bien conectada, esta otra. También pueden ver esta guía con los mejores alojamientos y hoteles en Ciudad del Cabo.
¿Qué hacer en una semana en Ciudad del Cabo?
Día 1 – Centro Histórico:
El primer día de esa semana en Ciudad del Cabo lo usamos para recorrer el centro histórico. Desde nuestro Airbnb el centro quedaba a 25 minutos a pie, decidimos ir caminando para conocer más el barrio y los alrededores del centro.
Por la mañana, fuimos a conocer algunos edificios como el Old National Mutual Building, la St George’s Cathedral, la National Library of South Africa, la feria de Greenmarket Square y paramos para almorzar en Dapper Coffe, un café que está dentro de una concesionaria de autos antiguos.
Por la tarde, aprovechamos para hacer el Free Walking Tour que sale desde St George Mall. Nos ofrecían dos tours, un recorrido histórico muy similar al que habíamos hecho por nuestra cuenta y un recorrido por Bo Kaap. Este el barrio más colorido y famoso de la ciudad y, sin dudas, un lugar que hay que ver en Ciudad del Cabo.
Decidimos hacer el tour por Bo Kaap y nos pareció muy útil, sin la información que nos brindó el guía no habríamos logrado conocer tanto sobre un barrio con una historia muy particular. El tour es a la gorra, sobre el final le dimos una propina al guía y nos volvimos en Uber a nuestra casa.
Día 2 – Playas en Ciudad del Cabo:
Nuestro segundo día en Ciudad del Cabo fue feriado y, como ya lo sabíamos de antemano, cuando armamos el itinerario decidimos que ese día lo íbamos a usar únicamente para conocer las distintas playas de Ciudad del Cabo.
Encaramos directo para una de las playas más populares: Camps Bay, que queda a 20 minutos en auto del centro de Ciudad del Cabo. Unas cuadras antes de llegar nos dimos cuenta de que era una idea pésima, porque era la idea que todos habían tenido. La playa estaba rebalsada de gente, no entraba ni un alfiler.
Acá fue cuando tener auto fue una salvación, así como llegamos a Camps Bay nos dimos vuelta y empezamos a explorar la ruta que bordea la costa alejándose de la ciudad. Así fue como llegamos a Llandudno Beach, una playa de arena blanca casi vacía que queda a una hora del centro.
Al llegar a esta playa nos dimos cuenta que, sin querer, habíamos llegado a uno de los lugares más hermosos que hay que ver en Ciudad del Cabo. Siempre y cuando, el tiempo acompañe.
Después de unas largas horas en la playa, decidimos ir a comer algo al Waterfront. Una zona muy moderna y uno de los mejores lugares para ir de compras ya que cuenta con varias tiendas de moda. Además, tiene un supermercado, algunos restaurantes y atracciones para toda la familia. Como todo ese día, estaba repleto, pero encontramos un restaurante con buena vista y a buen precio para descansar y terminar nuestro día.
Día 3 – Recorrer la Table Mountain:
Una de las cosas que hay que hacer en Ciudad del Cabo, estés una semana o dos días, es visitar la Table Mountain y esperamos a tener un día muy despejado para poder recorrer esta montaña que ofrece una de las mejores vistas de la ciudad.
Hay dos opciones para subir a la cima de la Montaña de la Mesa, una es ir caminando y la otra con el teleférico. Para ir caminando hay varios recorridos, el más corto es el Platteklip Gorge que demora alrededor de dos horas por el sendero. La opción que nosotros usamos fue el teleférico que cuesta 330 ZAR por adulto y cuyos tickets se pueden comprar online con anticipación o en el momento.
Nosotros habíamos sacado la Wild Card, una tarjeta que incluye entrada gratuita a todos los parques nacionales y descuentos en algunas atracciones, por lo que la entrada nos salió un poco más barata.
Mi recomendación es que vayan temprano si quieren tomar el teleférico. Temprano quiere decir estar ahí un rato antes de que abra. Por otro lado, siempre chequeen en esta web si el teleférico está abierto, porque si hay mucho viento en la cima lo cierran.
Si se animan y les da el tiempo, los invitó a chequear esta excursión para volar en parapente, una experiencia inolvidable para ver Ciudad del Cabo desde arriba.
Ese día, después de recorrer la Montaña de la Mesa nos fuimos de nuevo para el Waterfront, nos habíamos quedado con ganas de subirnos a la CapeWheel. Una vuelta al mundo desde donde se ve casi toda la ciudad y sus montañas. Aprovechamos que llegamos con tiempo para subirnos justo al atardecer y poder ver el sol caer sobre las montañas y las playas. Sin duda, un paisaje inolvidable y uno de los mejores lugares para disfrutar un atardecer inolvidable.
Día 4 – Cape of Good Hope y Boulders Beach:
Aprovechamos otro día hermoso para ir a conocer Cape of Good Hope -Cabo de Buena Esperanza-. Un parque nacional que queda a una hora y media en auto de la ciudad y que es una de las mejores atracciones turísticas de Ciudad del Cabo.
La entrada, nuevamente, estaba incluida en la Wild Card, por lo que al ingresar solo tuvimos que mostrar el comprobante de compra que recibimos vía mail. Si vienen sin la tarjeta, la entrada cuesta 303 ZAR.
El cabo es un lugar espectacular, con varias caminatas para hacer y algunas playas alucinantes para pasar el día. Nosotros caminamos hasta el faro de Cape Point, uno de los más antiguos del país y, después, tomamos un sendero señalizado para ir al Cape of Good Hope pero nunca llegamos.
Encontramos, después de caminar 10 minutos, Dias Beach. Una playa desierta con agua increíblemente celeste donde solo estábamos nosotros. Para llegar tuvimos que bajar cientos de escalones y, aunque lo peor fue subirlos, valieron cada segundo y cada dolor de piernas del día siguiente.
Terminamos tan agotados que fuimos al Cape of Good Hope en auto y, después de lo que ya habíamos visto, no nos pareció tan sorprendente ese punto del parque.
Después de almorzar en el restaurante Two Oceans que se encuentra dentro del parque, volvimos a poner rumbo a Ciudad del Cabo pero, esta vez con un parada previa: Boulders Beach.
Boulders Beach es un lugar muy particular, aquí vive la única especie de pingüinos africanos que existe. Y, solamente ese hecho lo convierte en uno de los lugares que hay que ver en Ciudad del Cabo.
En esta playa tan especial, los visitantes tenemos la oportunidad de nadar cerca de ellos y verlos interactuar. Si bien están muy acostumbrados a los humanos, esta prohibido tocarlos y es importante respetar sus espacios.
Es increíble poder verlos de cerca y poder conocer un poco más sobre la especie. La entrada a Boulders también esta incluida en la Wild Card pero, si vienen sin ella, el costo de ingreso es de 35 ZAR por adulto.
Día 5 – The Old Biscuit Mill y Lion’s Head:
Entre las cosas que hay que hacer en Ciudad del Cabo, nosotros nos fuimos a conocer The Old Biscuit Mill, una vieja fábrica reconvertida en feria de artesanías y patio de comidas multicultural. Queda en una zona fabril y, si bien no tuvimos ningún inconveniente, no se veía como el lugar más seguro del mundo, así que vayan con atención.
Adentro del predio van a encontrar artesanías de todo tipo, desde los típicos souvenirs hasta ropa de diseñador. Hay hasta una fábrica de chocolate (CocoaFair) que no se pueden perder porque es todo riquísimo.
También tiene un patio de comidas gigante con platos de todas las nacionalidades, vimos comidas típicas de España, de Italia, de Mozambique y, obviamente, de Sudáfrica, entre tantos otros.
Nosotros aprovechamos que estábamos ahí para ir a almorzar a The Pot Luck. Un restaurante que esta listado como uno de los mejores del país. Si bien no es nada barato, la comida es increíble y el lugar en sí es muy hermoso y con unas vistas preciosas.
Para poder hacer y disfrutar de este paseo el tiempo en Ciudad del Cabo los tiene que acompañar. Al ser casi todo al aire libre es casi indispensable ir un día en que no llueva.
Después de una siesta recuperadora en nuestro hospedaje, encaramos las últimas horas del día con un plan: subir al Lion’s Head. Desde la cima de esta montaña se pueden ver varias playas de Ciudad del Cabo y la Table Mountain. Eso si, solamente hay una forma de subir y es a pie.
Si bien el sendero esta señalizado y hay mucha gente subiendo, es bastante agotador si uno no está en estado físico. Por momentos, no hay barandas de donde agarrarse y hay muchas rocas, sobre todo en la última parte del camino. La clave para subir es estar tranquilo e ir despacio.
No olviden llevar agua, protector solar y un abrigo por si bajan de nochecita. Si van a ver el atardecer, van a llegar a la base de noche, lleven linternas o celular bien cargado.
Si bien es un paseo para el cual hay que tener precaución, sin dudas, recomiendo hacer este paseo porque las vistas son insuperables. Visitar Ciudad del Cabo tiene que incluir una visita al pico de la Lion’s Head.
Día 6 – Visitar Muizenberg y el Jardín Botánico de Kirstenbosh:
Nuestro plan era conocer las famosas casas de colores de la playa de Muizenberg, una de las postales típicas de Ciudad del Cabo. Sin embargo, cuando llegamos a esta playa ubicada a 45 minutos de nuestro Airbnb, la imagen era muy distinta a la que yo tenía en mi mente.
Después de nuestro fallido intento de estar tranquilos en la playa, decidimos que mejor volver e ir a conocer el Jardín Botánico de Ciudad del Cabo.
El Jardín Botánico de Kirstenbosch es accesible en auto, transporte público o el famoso bus turístico. Si bien nosotros fuimos fuera de la época de floración es un lugar perfecto para relajarse lejos de los turistas y conocer un plan típico de los habitantes de la ciudad.
La entrada al jardín cuesta 70ZAR por persona y, dentro, van a encontrar metros de pasto para hacer un picnic o descansar, flores típicas de Sudáfrica (incluidas decenas de variedades de Protea), árboles típicos, senderos y, el imperdible camino flotante, una de las atracciones de ese lugar.
Día 7 – Las bodegas de Stellenbosch:
Último día de nuestra semana en Ciudad del Cabo y, como buenos fanáticos del vino, considerábamos imperdible una visita a las bodegas de Stellenbosch.
No habíamos googleado mucho por lo que estábamos algo cortos de información y con bastantes ganas de improvisar después de haber seguido un cronograma para conocer lo imperdible de Ciudad del Cabo los días anteriores.
Después de casi una hora de ruta, llegamos a Stellenbosch. Ya en los kilómetros previos empezamos a ver los kilómetros de vides desde el camino. Con el teléfono en mano, empecé a averiguar cuales eran las mejores bodegas de la ciudad y así fue cómo terminamos decidiendo a cuales ir.
La primera parada la hicimos a las 11 de la mañana en la bodega Lanzerac, que se jactaba de ser la primera bodega que empezó a fabricar Pinotage, el vino típico de Sudáfrica. Hicimos una degustación con chocolate de cinco vinos de ellos y nos llevamos uno de souvenir.
Cerca del mediodía, nos fuimos a almorzar a Hidden Valley, otra bodega que habíamos conocido mediante Google y que ofrecía un sector de comida rápida con una vistas hermosas. Además, esa misma bodega tenía senderos para recorrer y una zona para hacer picnic.
Si volviéramos a Sudáfrica, le dedicaríamos más días a la industria vitivinícola. Los sudafricanos, gracias a su herencia francesa, lograron desarrollar una tradición del vino que crece por minuto. Además, Stellenbosch es un pueblo divino como para visitar en profundidad.
Conclusiones sobre Ciudad del Cabo:
Sin un mínimo de duda puedo decirles qué volvería a esta ciudad, por lo menos, una vez más. Tiene cultura, playa, verde, ciudad, shopping, absolutamente todo. Si bien yo viaje entre el 30 de diciembre y el 7 de enero, de volver, lo haría en noviembre o a principios de diciembre, cuando el clima es bueno pero no hay tanto turismo ni los precios son tan elevados.
No recomendaría viajar en invierno porque es una ciudad con muchos planes para hacer al aire libre, que si hace mucho frio o llueve son prácticamente imposibles.
En cuanto a los precios, para nosotros, argentinos, no son tan duros como los precios de Europa o de Estados Unidos, por lo que doblemente recomendado.
Sobran las recomendaciones para viajar a Sudáfrica y, si están pensando en recorrer esta ciudad, no duden en pasar al menos una semana en Ciudad del Cabo, para descansar y disfrutar de esta ciudad única como un local.
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