En menos de 10 días vuelvo a Buenos Aires, y cada vez que aparezco por el sur las sensaciones son distintas, siempre voy contenta de volver y con mucha ansiedad de ver a todos, aunque también me invade una nostalgia por irme, por volver a dejar cosas acá y no saber que va a pasar con nada.
Es cierto, nadie sabe nunca que va a pasar, aunque viaje o aunque se quede en un mismo lugar, pero hay una diferencia gigante desde el ojo del que mira, el que se va sale a buscar cosas y el que se queda en su rutina, en general, espera que las cosas le pasen solas. Y en ese ir a buscar que va a pasar nos encontramos, más veces de las que uno quisiera, con una cantidad de opciones que nunca pensamos que existía. Y es ese instante, en el que me pongo a pensar, si no hubiera sido mucho más sano (había puesto sabio pero se corrigió solo, cada vez más intuitiva la tecnología) quedarme en casa, cómoda y segura, en lugar de salir a explorar.
Viajar es malo si queres seguir siendo como eras, porque con el pasar del tiempo y de las experiencias, te vas transformando en una persona nueva, y en menos tiempo del que vos crees que era necesario, te descubrís actuando distinto, contestando de otra forma a las mismas problemáticas, y te das cuenta que este nuevo yo te gusta más, pero todavía no sabes muy bien como emplazarlo en tu viejo yo.
Si queres complacer a todos, olvídate de viajar a largo plazo, no podes estar en el cumpleaños de tu tía en Buenos Aires y a la vez en el casamiento de tu amiga nueva en Alemania. Es imposible escribirle a tus padres tanto como a ellos les gustaría, y seguir estando al tanto de las últimas novedades de tus amigos. Cuando uno viaja, se aleja fisicamente de todos, y si bien las amistades siguen ahí, dejaste de ser la persona ideal para dar un consejo laboral, o para charlar del último chisme o de la nueva incorporación al team al cual pertenecías. No es que tus amigos te quieran menos, o que tu familia no quiera que estés ahí, es que sencillamente, no estas. Es doloroso, pero es real, viajar es sacrificar muchos momentos lindos en pos de crecer, explorar, descubrir, y ser feliz como uno quiere.
Para una persona ansiosa como yo, viajar es el remedio y la enfermedad a la vez. Por un lado puede decir que aprendo cada día a no planear demasiado, y lucho continuamente para poder relajarme y disfrutar de las cosas como se van dando; por otro lado, el no saber que voy a hacer el año que viene me tiene con la cabeza funcionando a más no poder. Hago mapas de posibles viajes por Europa, sueño con Asia y con explorar Latinoamérica también; quiero agarrar un auto y ponerme a vender artesanías en el Caribe. Planeo planes que capaz jamás pasen con tal de seguir moviéndome.
El párrafo anterior nos lleva a otro problema de la ruta, viajar es una adicción. Ya estoy llegando a los treinta, y a veces me planteo si no vendría siendo la hora de instalarme en un lugar (pero cual?), conseguir un trabajo, y empezar a formar una familia, y a la vez que pienso en eso tengo que empezar a respirar profundo porque rozo el ataque de pánico. No siento la edad que tengo, para mi siempre voy a tener 20 años, en mi espíritu y mi personalidad, jamás he envejecido, lamentablemente mi cuerpo no esta tan de acuerdo. Pienso en dejar de viajar y me siento fatal! Pienso en vivir en un solo lugar, y me lo tengo que tomar como algo temporario porque siento que sino no podría hacerlo. Viajar se transformó en una parte esencial de mi manera de desenvolverme con el mundo.
Por último, hoy leí una frase que fue la que me impulsó a escribir esto, decía algo así como que volver a casa era lo más difícil del viaje, pues has crecido tanto que tu pieza ya no encaja en el rompecabezas. Y así me sentí la primera vez que volví a Buenos Aires después de solo 6 meses afuera, recuerdo que pase un mes tratando de sentirme cómoda otra vez, me resultaba raro el ruido, los cambios en las paradas de los buses, las cimientos que ya estaban transformados en edificios. Y si bien después me costo alejarme otra vez, ahora las ganas de volver se mezclan con el miedo de no saber que me voy a encontrar. Y con la intriga de no tener idea que voy a hacer el año que viene. Supongo que el suspenso es, para ustedes y para mi, la misma cosa.
Ah, bueno !!!!. Cada vez más a fondo. Me fascina ver tu evolución y la manera de describir (y escribir) lo que estás viviendo. Somos unos cuantos los que estamos aprendiendo con y de vos….
“No hay rima que rime con vivir, no te pares, no te mates, sólo es una forma más de demorarse”
Besoteeeeeesssss
Hola, no se si Laura.. estas aca? Me conmovieron tus palabras, si bien fui una asidua viajera en carpa de veranos toda mi vida y en general con mi hija, hace dos años, joven pero no tanto, empece a vivir ese vertigo del que hablas haciendo -en principio solo para visitar a mi hija en Suecia, este fue el inocente disparador- mi primer viaje transatlantico, viaje que (con un pasaje tan caro) seria por dos meses. Recorrimos juntas y luego como impulsada por el devenir (me encanta esa palabra) termine sola dando vueltas por muchos paises de Europa) cuando volvi a Buenos Aires empece con el sindrome del que hablas vos con tan espeluznante claridad: desde que puse el primer pie aca, en lo unico que pense es en volver el año proximo Y volvi, en enero de este año 2016, esta vez por tres meses… y volvi a andar sola luego de los viajes entrañables y jodidos por momentos que se hacen con una hija adulta que veo más que por skype o face time que personalmente y de pronto estas ahi. Y como si hubiera sido otra vez una bola de pinches rodando bajo el viento quiaqueño en el verano argentino, rode hasta… Africa … es un increible relato ese viaje y en lo unico que pienso desde que puse un pie en Buenos Aires este año es en volver a irme. Realmente me preocupa y ocupa pensar si es que todo esta bien -en mi cabeza hablo- Claro que no soy y nunca fui una persona burguesa de esas de la casa el perro el auto y tampoco me casé. Las palabras tuyas Laura son tan significativas, porque los cuestionamientos son parecidos: seré normal? será normal? Y despues del proximo viaje:que? Y el tema de sorprenderme, me parecio tan loco tan fascinante tan increibleee El Cairo, que no se si algo podrá llegar a sorprenderme como esta vez. Me consuela saber que si lo que busco son emociones, talvez no me alacance lo que queda de vida (y el dinero que pueda ir juntando cada vez) para conocer todo lo que me gustaría y entonces darme cuenta que ya nada talvez me sorprenda. La sesacion de la sorpresa del shock, del temblor emocional que te produce esa sorpresa de la que hablas Laura, vos sabes que es irreemplazable y no puede ser puesta en palabras, no entra. Claro que tengo bastantes mas años que vos, ya no soy tan joven y bella y hacer couchsurfing o viajar a dedo no son un plan que considere, porque viajo sola y mi edad no conuerda con los couchsurfers y porque en algunos paises podría no estar bien visto hacer dedo y porque no encajo con la media de los viajantes que andan dando vueltas por ahi y la verdad no me animo ( si bien lo he hecho en mi pais). Podria viajar haberse convertido enel motorcito para la realidad occidental que realmente es tan aburrida y nunca me satisfizo, pero no es una forma escapista de vivir? No es acaso una deliciosa manera de huir? Creo que tus preguntan son en el fondo las mismas, no me siento tan loca. Gracias. Muy buena tu pagina..
Otra cosa, yo si bien tengo un poco mas del doble tambien me siento de veinte eternamente y eso Laura al margen de las responsabilidades de la vida adulta .no nomade- que tengo : es lo mejor que me pasó en la vida
Hola Debora, gracias por tomarte el tiempo para escribirme tantas cosas. Me dejaste pensando en lo del escapismo, quizás lo es, quizás es una forma de huir de una realidad que nos agobia, pero tampoco le veo nada de malo a eso, uno hace lo que puede con lo que tiene, mientras no lastime a nadie considero que todo esta permitido.
Es difícil el regreso, yo sigo planeando viajes en mi cabeza, sin retorno y sin dinero jaja. Espero que las rutas nos encuentren! Un abrazo muy grande! Y gracias de nuevo.
Hola Lau! Salí a tu blog por tu Instagram, y al Instagram del Instagram que hice para el Hostel en dónde estoy trabajando desde hace 5 meses. Me encantó leerte! Yo me encuentro en Kaliningrad, Rúsia, una partesita separada del resto de territorio Ruso, soy Rusa pero dsd los 8 hasta los 29 viví en Buenos Aiires. El año pasado decidí venirme acá a descubrir mis raíces. Si bien ya venía viajando pero nunca había tomado una decisión así. Ya que no dejé nada atrás. Así que es loco todo, no? Aca bien o mál, en un año ya fui a Moscú, San Petersburgo, Alemania dos veces y Polonia y Latvia tres. Es diferente estar acá. Aúnque la nostágia por mi querídisima y amada Argentina me invade pero la vida es una y vivimos una vez sola. Dónde pertenezco? Eso me lo preguntaba mucho, ahora sé que pertenezco a mí. Al menos por el momento no he encontrado el lugar que diga, OK, acá está mi corazón. Quizás aún pasó muy poco tiempo, claro, dsp de vivir 20 años en BA, venir a una cultura tan diferente, cuesta. He llorado muchisimo, sin embargo no me arrepiento. Es hermoso Rüsia, la cultura es increíble y todas las cosas que uno va aprendiendo, conoce personas y personajes que comparten historias con vos. Cada problema se convierte en una oportunidad y así uno se mantiene vivo. Ojalá un día la vida nos cruce. Sería interesante no? Te mando un abrazo gigante!
Hola Vera! Que hermoso saber que me lees desde Rusia, no te imaginas las ganas que tengo de conocer tu país de origen. Es cierto que Europa nos permite viajar más, conocer lugares nuevos más seguidos. Vivir en Buenos Aires lo hace un poco más difícil, más caro seguro!
Espero poder visitarte allá, o acá, o quién sabe donde, si volves a Buenos Aires, avisame, y yo prometo hacer lo mismo si, en unos pocos años, piso suelo ruso! Gracias por el comentario hermoso. Un abrazo cálido, para que se te haga menos frío el invierno que se avecina.