Solo pasé tres días en Madrid. Tres cortos días para una ciudad que tiene tanto para darnos todo el tiempo. Un ciudad que mucha gente no aprecia. Antes de venir para acá muchos me dijeron: “No vayas a Madrid, no hay nada” o “Quédate solamente dos días, más es un exceso” y siempre el clásico “Es como Buenos Aires, no vayas, es una perdida de tiempo”. Yo viajo porque creo que una ciudad y su gente nunca es una perdida de tiempo, siempre descubro cosas nuevas de lugares en los que quizás ya estuve. Eso me pasa con Madrid.
Esta es mi cuarta vez en Madrid, aunque solo la segunda que recuerdo, las dos primeras veces era bastante chica, no tengo casi recuerdos. En el 2010 estuve y de ese viaje tengo conciencia, me acuerdo que me había gustado pero que casi no tuve tiempo para disfrutarla, fue uno de esos viajes de mil ciudades en 20 días, esos viajes que me prometí no volver a hacer nunca más.
Ahora solo pase tres días, recorrí poco pero de manera relajada, sin apurarme. Si, vi cuatro o cinco lugares, pero los vi con ganas, con tiempo, disfrutando del hecho de estar sentada en un banco sin hacer nada, solo mirando la gente pasar. Se que voy a volver en enero así que estoy tranquila por las cosas que me quedaron pendientes.
Madrid es un poco como sentirse en casa, y cuando uno viaja también busca sentirse un poco en el hogar, ese sentimiento nostálgico que me toca cuando llego a la capital española es, justamente, lo que me hace quererla y necesitarla en cada viaje.
Hace cuatro años, cuando estuve allí, no me había parecido tan bella. En este viaje en cambio, me enamoré profundamente, conocí mejor su gente, sus lugares, sus costumbres, su lenguaje, y me sentí feliz de saber que volvería en pocos meses. Porque una ciudad es eso, verla vacía en agosto y sentirse cómodo, reconocerse en su gente, sentirse siempre bienvenido. Y que te haga sonreír, eso es inolvidable.
Me paso lo mismo. Cuando fui la primera vez no me encanto. Cuando volvi me enamore, quiero volver, la amo. Estoy completamente segura que podria vivir alli tranquilamente.