Llueve en Milán. Salí de la cama hace cuatro horas pero todavía tengo puesto el pijama, con un esfuerzo sobrehumano hice la cama y lave los platos que habían quedado en la bacha desde ayer. ¿Que hacer cuando llueve? Porque una cosa es una garúa finita, y otra distinta es que llueva como lo hace en este momento, tan fuerte que el agua hace charcos que crecen constantemente. El cielo esta tan gris que parece que nunca va a parar, aunque sabemos que nada dura siempre, ni siquiera el agua que cae del cielo. ¿Cuándo extingamos los mares y los lagos podremos tomar agua del cielo?
Me levanté nostálgica, digo que es la lluvia que me hace extrañar Buenos Aires, digo que es la música, rodearme por Fito Paez, Andres Calamaro y Charly Garcia es sin duda una manera de sentirme allá, pero miro por la ventana y estoy acá. Y voy a seguir acá, porque aunque llueva como si el agua del océano se estaría secando, estar acá es mi elección. Entonces me doy estos gustos de argentinidad, visito amigas de allá que viven acá, me encuentro con argentinos en ciudades diversas de Europa, uso la computadora para conectarme al menos un poquito con toda la gente que me esta esperando del otro lado.
Viajar es lindo, da muchos placeres, más placeres que otra cosa realmente. Pero tiene su contracara, como cualquier elección que uno hace, hay una parte linda y otra parte no tan linda. Esta última es la que están leyendo ahora, porque muy de vez en cuando me siento así, con un ataque de nostalgia, con ganas de ver a mis papas, a mi hermano, a mi familia, a mis amigos que son familia. Y a veces solo tengo ganas de estar en mi ciudad, de escuchar hablar castellano.
Eso es de lo que más se extraña, la complicidad, las risas, el mismo humor, lo lindo que suena el argentino! Acá en Europa llevo una cruzada que consiste en vender el español de Argentina como el mejor del mundo; lo promociono diciendo que suena bien macho, que es el que habla Messi, el de Maradona, es el que usaba el Papa cuando era Cardenal en la Catedral Metropolitana. Ya tengo un par de adeptos al argentino, un chico húngaro me dijo que le encantaba la cultura del país y el cántico al hablar. Y tengo un gran amigo en Munich que clama que el porteño es la más canchera de todas las lenguas de habla hispana.
Paro la lluvia mientras escribía pero el sol no asoma, el clima es otra de las grandes suertes que tenemos los porteños. Nos quejamos, nos encanta quejarnos, pero no tenemos idea de lo poco frío que son nuestros inviernos, de lo poco lluviosos. En Budapest pronosticaron 7 días de lluvia sin parar en pleno verano, eso allá no nos pasa. En Polonia se quejan de los 20 grados bajo cero que hace en Diciembre, nosotros nos quejamos de los 4 grados que hace en Julio. Acá cuando sale el sol la gente corre a la calle, allá con sol o lluvia los planes son mas o menos los mismos.
Mañana no va a llover, y tengo esperanzas de conocer el bar que Wes Anderson armó para la Fondazione Prada, es uno de los planes más lindos que tengo en el viaje, es algo que esta tan alto en mi lista de deseos que casi no quiero que se cumpla porque lo voy a extrañar. Lo más lindo es que estoy acompañada de mucha gente, que no esta acá pero esta feliz por mi donde sea que yo este, en Argentina, en Estados Unidos, en Barcelona o en Milan. Esa es la gente por la que no puedo quejarme, tenerlos es el privilegio más grande.