El vómito emocional

Hace ya algunos años que trato de hacer todas las cosas en mi vida bajo una sola premisa que aprendí del gran Mark Twain “Dentro de 20 años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por aquellas que sí hiciste”. Y básicamente de esa manera es como trato de manejarme, inclusive cuando dudo acerca de cosas importantes, siempre termino inclinándome por hacerlo, ya que siempre es más factible que me arrepienta de no haberlo hecho o, peor aún, que me termine planteando la maldita pregunta retórica: ¿Qué hubiera pasado si…?

Las listas de pros y contras no son mi estilo, eso quizás sirve para gente con dotes de racionalidad o, ese tipo de individuos que necesitan sentarse a analizar, hacer cuentas, poner cosas en la balanza y medir resultados. Varias amigas me han recomendado hacer una lista de buenos y malos hasta para decidir si termino o sigo una relación, como si lo que uno siente dependiera exclusivamente de que lado de la lista es más largo. A mi parecer, concebir el corazón como un músculo pensante es claramente un error, por que a fin de cuentas, uno siempre termina regido por un impulso primordial. Un instinto salvaje, gutural, animal, que dice si o no, que decide por uno.

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Siempre escribo desde lo más profundo de mi, pero siempre pongo un limite a esa escritura, porque hay temas a veces tan privados que siento innecesario exponer. En paralelo a esto, la escritura se convirtió en una parte tan fundamental de mi vida, que siento que necesito poner las cosas en palabras, dejarlo flotando en la web y, parafraseando a Fitzgerald, hacer saber a la gente que sus tristezas son universales, y también sus dudas y sus certezas, la escritura y la lectura brindan esa magia.

Cuando llegue a Buenos Aires, hace poco más de un mes, mi vida amorosa acariciaba el vértice de un barranco, con una mano me abrazaba al borde y con la otra me atajaba para la caída. No podía dejar de sopesar la situación, pasaba noches, pasaba horas, dandole vuelta al asunto, se me venía a la mente una frase de la película 2046: El amor es una cuestión de timing, de nada sirve conocer a la persona indicada muy temprano o muy tarde. Y mientras seguía, sosteniendo sentimientos encontrados en el aire, con dolor de panza, con miedos, con una certeza interna que a veces es muy difícil llevar al exterior.

Durante muchos años de mi vida resigné mis deseos, mis intuiciones, mis momentos más brillantes, por lo que sentía que debía hacer o, peor aún, por lo que mi pareja me decía que debía hacer. No viajes o terminamos, no vivas sola mejor mudate conmigo, quédate en Buenos Aires y nos casamos. Supongo que todas esas ordenes que acaté, de una manera absolutamente impropia en mi -o al menos en mi nuevo mi-, en determinado momento se convirtieron en un bloque de cemento que yo iba cargando para todos lados, y cuando ese bloque se hizo más pesado de lo que yo podía cargar, me paré en la mitad de la vereda, saque una maza y empecé a romperlo. Y desde ese día, no se como, ni se de donde saque la valentía, nunca más pude postergar mis deseos por los de otras personas; nunca más pude postergarme a mi misma.

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Entonces, cuando llegó el momento de decidir por mi o por nosotros, decidí por mi. Por que puede que te ame, pero no te amo más de lo que amo mi vida, y si un vinculo significa sacrificar mis propios deseos, entonces ese vinculo no vale la pena. Porque creo que si valiera la pena ni siquiera estaría planteándomelo, lo estaría haciendo. Algunas de mis amigas, mis más hermanas, me lo dijeron incansablemente, si estuvieras segura, ya lo habrías hecho, ya hubieras dejado todo.

Y fue entonces cuando recordé, me rememore, no soy la persona que hace listas, ni la persona que sopesa situaciones, ni esa clase de gente que piensa antes de hablar o antes de hacer. Soy  impetuosa, arrebatada, extrema e intensa, y todas esas maneras son la base de mis decisiones. De todas y cada una, desde un mensaje que mando, hasta una relación que termino. Quizás pasa de a poco, quizás son en realidad pequeñas piezas que van cayendo en el lugar indicado hasta que el rompecabezas se completa; si es así, yo no lo noto. Simplemente un día me despierto y se que mi corazón va por un lado y mi cabeza por otro, y eso no esta bien, eso no puede ser así si fuera lo que tiene que ser. Y luego, pasa lo que yo llamo el no retorno, me levanto al otro día y me siento en paz, entonces sé que la decisión indicada  ha sido tomada.

 

4 Replies to “El vómito emocional”

  1. tu papá says:

    Eso de “ya hubieras dejado todo”, es decir dejarlo “todo” por algo o alguien, mas allá de lo impreciso y vulgar del concepto, conduce hacia la nada mas absoluta. Hay que agradecer haber entendido que cualquier relación que implique renunciamientos, no merece la pena…
    Bravo hija !!!!
    Bien pensado y mejor escrito.

  2. Un gusto leerte, es hermoso ver como rompes barreras y poner valentía para afrontar situaciones de la vida. Inspiras a disfrutar la vida que tenemos animándonos a lo que muchos piensan en locura. A decidir, para dormir en paz. Abrazo grande!

  3. Ivana Galván says:

    Hermosa Laura! yo también soy viajera desde los 20. Hoy tengo 25 y sigo estudiando en el querido IUNA Audiovisuales. Se dilata porque siempre me estoy yendo y regresando a él. Estoy por volver a salir de viaje por un año, con las herramientas que el estudio y la experiencia me dan. Muchas voces me dicen que las cosas se empiezan y se terminan, que las cosas se hacen bien, que termine mi carrera y no deje todo a medias porque eso es de mediocres. Eso también es una mochila, una limitación cuando sos impulsivo, cuando sos curioso, cuando amas viajar, cuando dejas que la opinión de los demás te afecte y te de inseguridad y te haga replantear: qué hago con mi vida? estoy haciendo las cosas bien? Cuando dejas esos miedos atrás, cuando creces y empezás a pisar con seguridad, te das cuenta, que experimentaste, que conociste, que viviste, que desarrollaste nuevas capacidades, que disfrutaste, que te llenas de cada una de las personas que encuentras en el camino, cosas que los que no se animan, no van a entender! Salud viajera! PD: En uno de mi viajes hice couchsurfing con un contacto que tenemos en común en fb, se llama Jorge Najdorf y ama buenos aires jeje

  4. Ivana! Que casualidad que ambas nos hospedamos con Joerg! Esta en Buenos Aires ahora, nos volvimos muy amigos y nos visitamos bastante seguido en nuestros viajes.
    Yo también estudié en el IUNA, en el area de Critica de Artes, terminé mi carrera antes de empezar a viajar. Creo que no hay maneras correctas de hacer las cosas, hay que hacer lo que a uno le sabe bien, lo que uno siente en las entrañas que es lo correcto; hay que priorizar ser feliz, sin estar delineado por estructuras que nos son ajenas.
    Aguante viajar libremente, por largo tiempo, y lentamente, disfrutando cada paisaje y cada cara que se cruza en nuestro camino.
    Te deseo un viaje hermoso, y que el camino te lleve justo a donde tenes que estar! Abrazo grande!

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