Cómo no viajar y no morir en el intento

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No estoy viajando, no estoy viajando y eso me vuelve loca. Durante casi dos años viví en el cambio, me manejé con total soltura en el desconocimiento del futuro, me nutrí de experiencias inesperadas e imaginé viajes largos, y viajes chicos dentro de viajes largos. Y por muchos meses esa fue mi vida, y hoy la extraño.

Estar quieta es un sacrificio que hago todos los días. Volví a armar una rutina en Buenos Aires y me consuela saber que para agosto del año que viene voy a poder volver a salir de viaje sin pasaje de vuelta. Pero falta tanto. Es terrible enamorarse así de una forma de vida, porque una vez que sabes lo que necesitas para ser feliz, no queres nada más. Y si, podría decir que la gran ventaja ahora es que sé todas las cosas que quiero, conozco mis limitaciones, pude ponerle una frontera a mis deseos, ahora están delimitados por el tiempo de permanencia en un lugar.

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Praia do Camilo. Algarve. Portugal.

Me acuerdo cuando era chica e investigaba carreras universitarias posibles, siempre preguntaba si había o no matemáticas, esa era la vara que medía si algo me gustaba, si no tenía números era una carrera que podía llegar a interesarme. Ahora mido cada oportunidad laboral y cada proyecto por mis posibilidades de viajar, de vivir en otros lugares por un tiempo. Me volví adicta al estímulo constante, me convertí en alérgica en la rutina, realmente envidio a esa gente que puede conformarse con dos semanas de vacaciones por año, esas personas que son felices levantándose todos los días y yendo al mismo trabajo de 9 a 18 durante años, ustedes pensarán que esa gente no existe, pero juro que los he conocido y a veces me pregunto porqué no soy de esas, a veces agradezco no serlo, otras me lamento entre sueños. La inesperada virtud de la ignorancia.

Quiero aclarar que no es que esté sufriendo en Buenos Aires, no llevo una mala vida acá, todo lo contrario. Decidí yo sola quedarme un año para hacer una maestría en Periodismo, extrañaba mucho estudiar y sentí la necesidad de perfeccionar mi escritura y adquirir nuevas habilidades que mi carrera de base no me había brindado. Elegí hacer un plan superintensivo que dura solo un año y para agosto del año que viene pretendo estar defendiendo la tesis, de la que aún no tengo tema pero espero surja próximamente.

Paris desde la vuelta al mundo
Paris desde la vuelta al mundo que se monta todos los años, para Navidad.

Ya tengo un viaje agendando, Estados Unidos a comienzos del año que viene, pero falta tanto. Mientras tanto me consuelo proyectando viajes largos por Sudamerica, tomar el transiberiano y pasar un verano entero recorriendo solamente Rusia. Hago planes de pasar temporadas de trabajo en las playas mexicanas e inviernos lluviosos en Londres, creo que podría tener un trabajo estable, pero por 3 o 6 meses y luego moverme a otra ciudad o país. Lo que me aburre es no tener nada nuevo que conocer, no asombrarme con tonteras, ni aprehender una nueva cultura. Lo que necesito es no acostumbrarme nunca, quiero vivir asombrada, como cuando era chica, donde cada descubrimiento me dejaba boquiabierta. Viajar es eso, es volver al estado natural del humano, al que tantas pantallas, tantas rutinas, tantas sociedades lograron inhibir. Viajar es romper -rompernos- para volver al inicio de la inocencia.

12 Replies to “Cómo no viajar y no morir en el intento”

  1. Hola Laura!!

    De la misma manera me siento. Descubrí que el retorno es mucho más difícil que la salida. Aunque no lo parezca y aunque muchos crean que soy valiente por irme de viaje sin pasaje de vuelta, yo creo lo opuesto. Pienso que para quedarse habría que tener demasiado coraje. Sobre todo después de haber experimentado una vida de eterno viaje. La única solución que encontré para esos momentos en los que estoy un poco desesperada es planificar futuros viajes, pensar en rutas y mapas. Aunque no este segura de llevarlos a cabo o los crea muy lejanos. Siempre pensar en seguir viajando.

    Saludos!!!

  2. Lau te super entiendo porque lo pasé también y el calendario que marcaba la fecha de mi parte me parecía siempre (cada vez más) lejano. La única solución que encontré en ese momento fue tratar de encontrar esas pequeñas cosas en mi ciudad y salí a buscar la Buenos Aires que no veía por no “ponerme” los ojos de viajera.

    Otra cosa, me morí con eso de que una carrera te interesaba basándose en si tenía o no matemáticas jajajajaja, yo hacía lo mismo.

  3. Hola tocaya! Gracias por pasar a dejarme tan lindo mensaje. Yo hago lo mismo! Me la paso pensando que hacer cuando termine la facu, los viajes que voy a hacer, cómo financiarlos, con quién, todo! La vuelta a la rutina es muy terrible!!!
    Un abrazo grande

  4. Hola Maru! Ay si, es que los fines de semana salgo a andar en bici, o planeo viajes, o financiamiento de viajes (sin cuentas, claro jaja) o a veces salgo a caminar y buscar plantas jajajaja todo lo que me conecte un poco más conmigo y un poco menos con las cosas alienantes de Buenos Aires. Y si, tengo que agradecer que hoy día no soy abogada jajajaja
    Un cariño fuerte!

  5. Cada post tuyo que leo me devuelve a la letra del tango: “Debo estar acaso viejo, melancólico y más flojo,
    que me sale por los ojos esta cálida emoción”…

  6. Papito lindo! A seguir viajando, que son tus viajes también los que me inspiran!

  7. Me encanta leerte como siempre Lau!!! se transmite mucho en lo que decís…. un beso grande

  8. Hola Laura! Un año que no pude viajar me convertí en turista acá mismo! Fue genial! Me tomé una semana en el laburo y lo hice todos los días, tal cual como si fuera una cuidad cualquiera. Podrías probar eso los fines de semana! Un buen método de calmar la ansiedad del viajero incansable!

  9. Hola Lau, como estás?, hace mucho que no te leía, es muy lindo lo has escrito y muy cierto lo que decís. Los viajes te hacen dar cuenta para que estás y no paras de descubrir cosas nuevas y únicas. Nos ayudan a crecer, nos enseñan, nos hace ver distintos puntos de vista, a ver situaciones de la vida que no se ven o no te las muestran, aprendes a aceptar y a respetar muchas cosas haciéndote mejor persona a vos.
    Creo que todos buscamos nuestro rumbo y nuestra manera de vivir felices lejos de una rutina cotidiana. Soy un muchacho que ya pasó los treinta y te digo que no se puede vivir viajando pero si se puede viajar trabajando de los que te gusta, lo que te apasiona. Pronto conseguirás lo que tanto estás buscando.
    Me siento un poco identificado con lo que escribiste. El viajar es algo increíble, y te ayuda a redescubrirte internamente por ejemplo hoy me encuentro en Italia tramitando mi ciudadanía italiana, y se que eso me va abrir muchas puertas, pero estando aquí, reflexionando mucho y me he dado cuenta que la escritura es lo mío y que algo me falta para poder vivir de lo que me gusta, y mi pasión por escribir me llevó a querer volver a estudiar de nuevo, a prepararme mejor y justamente lo que va conmigo es una carrera de comunicación precisamente orientado al periodismo viajero más que el turismo. Me di cuenta que me interesa la historias viajeras y únicas, descubrí mi lado humanitario, y me gustaría viajar, escribiendo historias de vida de cualquier parte del mundo, que merecen ser contadas y vistas. Y en unos meses vuelvo a Buenos Aires para que enfocarme para hacer esto que me he propuesto como meta para que luego de su frutos, se que no va a ser fácil pero es lo que quiero para mi vida y me veo trabajando de eso. Con los viajes abrís la cabeza, te descubrís de una manera que solo vos podes entender, y vos sabes que una vez que haces un viaje largo, ya después jamás no serás la misma persona.
    Todo los viajes que hacemos lo hacemos para sentirnos vivos y vivir cosas únicas, y todo lo que hacemos lo hacemos con el fin de ser felices haciendo lo que amamos.
    Que te vaya excelente en todo, te deseo hermosos caminos.
    Te mando un fuerte abrazo.

  10. Me encantó la reflexión 🙂

    Yo creo que estoy justamente en el polo opuesto. Me agotó este último año acelerado e incesante de países nuevos. Todavía tengo que procesarlos. ¿Será que somos inconformistas por naturaleza? Cuando vivía en la rutina, sentía lo mismo que acabas de relatar. Ahora que he jugado a ser un saltamontes, aaaaamo mi hogar. En fin…

  11. Hola Andre, hace mucho que no pasabas, es cierto!! Que lindo que estés en Italia, que envidia me da, un país hermoso, por su gente (tan nuestra) y sus paisajes mágicos. Concuerdo con vos, mi idea periodística es siempre contar esas historias chicas y perdidas por ahí (te recomiendo las crónicas de Caparrós, un maestro viajero), sin embargo, al viajar uno reflexiona tanto tanto sobre uno mismo, que es imposible no hablar de eso.
    Volver a Buenos Aires es lindo, es duro pero, como a todo, uno se adapta, y dedica su tiempo libre a planear esos nuevos viajes que pronto vendrán. Exitos en todo. Un abrazo enorme!

  12. Hola Lau!, Si Italia es hermosa, y su gente es como decís tan como nosotros, más los del sur. Ya me ha salido la doble ciudadanía, así que estoy volviendo a mediados de noviembre para Buenos Aires, para emprender está nueva meta para el año que viene, no sé como explicarte pero los viajes hacen que saquemos nuestra sensibilidad a flor de piel, por eso escribimos los que sentimos, lo que vemos, lo que nos hace bien como así también lo que nos hace mal, me gustaría ser la voz de esas historias que no se ven, de contar historias viajeras únicas, de personas que hacen algo bueno y mejor de los que vemos, hay tanto por hacer Lau, tanto por conocer, por ver, por ayudar.
    Gracias por la recomendación, he oído del libro de Martin Caparrós lo voy a leer. Un abrazo grande, que tengas hermosos caminos!

Deci hola! Dale, animate!